Ha quedado disperso una rico legado arquitectónico rústico que contribuye sustancialmente a la caracterización del paisaje de la zona.
Existe un tipo de construcción conocida como majada, utilizada para guardar el ganado ovino, construida con techos bajos para guardar el calor. En muchos casos han aprovechado los roquedos de arenisca, de igual manera que los antepasados celtíberos, análogo planteamiento al de la casa rupestre.
Otras edificaciones, como los palomares también han adoptado cánones constructivos de anteriores pobladores: romanos y árabes.
Los hay de planta rectangular o romanos y de planta circular o árabes. En mitad del pueblo de Montejo de Tiermes, sobre una atalaya árabe, se levantó un esbelto palomar.
